Así, con tus iniciales tan simples y tan elegantes ,como tú, te despido vieja. Ha sido tan difícil esto, ya no recuerdo (y no quiero recordarlo) el día de tú partida, tú partida sin molestias, tú partida humildísima... como se apaga una luz de vela junto al inmenso sol. Escribo esto después de semanas, porque realmente ahora me siento preparado para hacerlo ¿preparado? ¿preparado para qué? ¿preparado para llenar de mil recuerdos unos cuantos bits en red?. No, preparado para poder entender el porqué de tú viaje, preparado por los susurros nocturnos que me das, preparado por las visiones surrealistas de sueños en que te apareces; preparado, seguro... seguro de poner letra a letra lo que siento, y ¡cómo lo siento! ¡CÓMO LO SIENTO!, si tan sólo me dijeras en esos sueños, en esos susurros donde te llevó tú Dios.
"Por favor no lloren mi partida... tan sólo son ciclos", en más de alguna ocasión lo escuche de ti, tan claro y firme, que no noté que sería infinitamente incomprensible en la "realidad"; esa realidad que se me escapa otra vez al escribirte, al despedirme, sin escándalos, ni recuerdos aletargados cargados de emociones descontroladas. CONTROL y comprensión de CICLOS, algo tan difícil de llevar en estos días. Gracias por enseñarme a observar, a controlar, y por sobre todo, a "vivir", un eterno abrazo, tan apretado y eterno como en el sueño en que te despediste y en humildad celebraste tú partida sin querer molestar... hasta siempre Maida.
sábado, 22 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
